jueves, 28 de enero de 2016

EDUARDO “TATO” PAVLOVSKY

EDUARDO “TATO” PAVLOVSKY
(Publicado en Campo Grupal – Año XVIII Nro. 183 del mes de noviembre de 2015)
Sumándonos a la propuesta de Campo Grupal, en cuanto a homenajear al querido Tato Pavlovsky (médico, psicoanalista, actor, dramaturgo, director e ícono de nuestro teatro nacional) fallecido el pasado 4 de octubre, queremos mencionar algunas anécdotas y pasajes de su vida. 
Es muy conocida su amistad con Hernán Kesselman y Armando Bauleo, siendo una curiosidad que los tres concurrían el mismo día a analizarse con Marie Langer, médica psiquiatra especializada en psicoanálisis en Viena y fundadora de la APA - Asociación Psicoanalítica Argentina, en 1942.
Cuenta Hernán Kesselman que —allá por los años sesenta— él le dejaba caliente el diván a Armando Bauleo quien, a su vez, se lo entregaba más calentito aún a Eduardo Pavlovsky, y entre ellos dejaban a Mimí exhausta a la hora del almuerzo. Además, los tres se peleaban para ver a quién ella quería más.
Eduardo creía que él era el preferido, pero resulta que tanto Hernán como Armando sentían lo mismo. ¿No será que Mimí les hizo creer el mismo cuento a los tres? Juntos compartieron no sólo esa transferencia analítica, sino además fundaron el movimiento Plataforma y tuvieron la insolencia de irse de la IPA.
Siempre hermanados compartieron la Casona de Belgrano, aunque el único que vivió allí fue Pavlovsky y los demás —incluyendo a Emilio Rodrigué— se sumaban a comer pizza y filosofar, creando un verdadero espacio de libertad de pensamiento. También esta osadía provocó que debieran exiliarse expulsados por la dictadura.
En una mezcla de amor y gratitud, Tato le escribió a Noemí Langer en su despedida: “muchas veces te dije que me salvaste la vida, que llegué todo roto, hecho pedazos, y armaste un rompecabezas de mi desesperanza; vos me curaste vieja sabia, vos supiste aguantar tanta locura desparramada en aquellas sesiones del sesenta”.
Parafraseando lo que Eduardo le expresó a su analista en dicho texto, hoy decimos: no te moriste Tato, ni te morirás nunca para muchos de nosotros; sos ejemplo mítico y modelo porque sin vos al psicodrama le hubiera faltado mucho. Por eso y por toda tu grandeza, seguís y seguirás vivo. ¡Gracias y adiós, querido maestro!
STELLA MARIS DISTASI RONALDO WRIGHT Psicólogos Sociales

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