domingo, 7 de junio de 2015

El análisis del proceso grupal
"Vi al Aleph desde todos los puntos, vi en el Aleph la Tierra,
y en la Tierra otra vez el Aleph y en el Aleph la Tierra".
Jorge Luis Borges : "El Aleph"
Durante el trascurso del aprendizaje de la función observador los estudiantes de 2º año se han ido encontrando con distintos obstáculos a superar, unos relacionados con el desarro-llo del actitud y aptitud psicológica, otros con aspectos prácticos como el registro de la crónica, la apropiación de conceptos teóricos, en especial las teorías de Lewin, Bion y Anzieu, y también debieron enfrentar un "trabajo" sobre sí mismo, que esperamos que les haya permitido interrogarse y movilizar su propia posición al escuchar, al aprender, y des-de ya, al observar un grupo.
En esta instancia final y cuando están por pasar a 3º año, donde aprenderán la función coordinador, aparecen como restos varias preguntas pertinentes producto del trabajo de todo el año: ¿Cómo leer lo grupal? ¿Cómo analizar un proceso?, ¿Por donde empezar?, ¿Con qué elementos teórico prácticos? ¿Se analiza crónica por crónica o todas juntas?, etc.
Es importante señalar que aprender a analizar un proceso grupal no es sencillo y requiere de una cierta experiencia práctica. Un observador no nace, "se hace" con el trabajo,
se necesitan horas de vuelo, dicen.
La tarea de observar y analizar un proceso grupal es compleja. Un grupo es campo infinito que no puede explicarse solo desde nuestro conocimiento, por el contrario todo fenómeno humano requiere una mirada interdisciplinaria. Un grupo es un objeto problemático, un laberinto, un juego de espejos y enigmas donde se entrecruzan las fantasías y los deseos inconscientes de sus integrantes. Es un universo incierto, incompleto, ambiguo, contradic-torio en una época de permanentes cambios y pretender abarcarlo en su totalidad es una utopía.
Inconsciente y lenguaje
Tengamos en cuenta que el descubrimiento del inconsciente tiene que ver con el descu-brimiento del universo simbólico. Nacemos con un nombre propio (nada más ajeno), con un estatus social, con una religión, con una nacionalidad y con un sexo, nos guste o no nos guste.
Sabemos a partir de Freud que el inconsciente se conoce por sus efectos que son pala-bras o por la suspensión de las mismas, las palabras están en el hablar y en el escuchar porque el lenguaje es un mundo de representaciones. Hay síntoma donde no hay pala-bras porque algo no puede ser dicho.
La estructura del lenguaje es la estructura del inconsciente, dice Freud, refiriéndose a los trabajos del padre de la lingüística moderna Ferdinad Sassure (1900-1910). Es instrumen-to idóneo para analizar un proceso grupal comprender las relaciones existentes entre el lenguaje y el inconsciente.
Sin pensamos al grupo como un espacio donde circula la palabra encontraremos en ellas la fuente que nos permitirá darnos cuenta de lo que allí sucede. Lapsus, fallidos, reitera-ciones, omisiones, silencios, contradicciones, metáforas, palabras insólitas, chistes, anéc-dotas, etc., nos darán una pista para empezar un análisis. Podremos leer a través de la unidad de trabajo (existente-intervención-nuevo existente) y de los emergentes y sus por-tavoces.
Haciendo una analogía con el mito griego del Minotauro, diremos que Ariadna nos entre-gará, como a Perseo, su ovillo para entrar en el complejo laberinto del grupo y recorrerlo buscando al enemigo y vencerlo para después volver de su interior recogiendo el hilo hecho proceso. Un ovillo hecho con las hebras teóricas del ECRO, con la experiencia en la función y con el proceso creador que será necesario en la construcción de las hipótesis en los diferentes momentos del proceso.
Trataremos de ver en esta clase qué articulaciones deberán hacerse para poder com-prender qué es un proceso grupal teniendo en cuenta que un grupo es un universo de palabras que se expresa a través de un discurso grupal.
Proceso: acción de ir hacia delante. Transcurso del tiempo. Fases sucesivas de un fenó-meno natural o de una operación artificial. Así lo define el Diccionario de la lengua espa-ñola.
La novela grupal
En el análisis de un proceso grupal hay que tener en cuenta la interrelación existente en-tre el proceso individual de cada integrante, su historia, sus fantasías y deseos, el proceso histórico de la institución a la que pertenece el grupo en cuestión, sus mitos, rituales y es-tructura y la trama vincular que se irá desenvolviendo, tejiendo, entre los integrantes de un grupo para realizar la tarea que los convoca.
En ese espacio dramático que es el grupo, nos encontraremos con un universo de repre-sentaciones a través de las cuales sus integrantes nos contarán una historia, una historia que nos hablará de sus fantasías y sus necesidades, de sus ansiedades y resistencias, de sus miedos y de sus deseos.
En esa novela grupal cada capítulo corresponderá a una reunión grupal que estará ligado uno con otro mediante los emergentes de apertura y de cierre de cada reunión. La prime-ra reunión o el primer capítulo es mítico, es la reunión donde se funda el grupo, donde ante la ansiedad de encontrarse en un círculo con otros desconocidos, huyen para refu-giarse en el grupo que los contenga.
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Allí se desplegarán los distintos personajes que habitan en el mundo interno de los inte-grantes y en su presentación nos irán diciendo que roles querrán desempeñar, algunos pretenderán ser protagonistas de la novela y otros preferirán ocupar papeles secundarios.
Imaginen un grupo integrado por 15 personas, cada uno con su grupo interno y nos dare-mos cuenta de la cantidad de personajes que interactúan.
Ricardo Piglia en su ensayo sobre la teoría del cuento afirma: a) Un cuento siempre cuen-ta dos historias. Una es la que se lee en la sucesión de palabras, otra es la que se cuenta entre líneas, entre los intersticios de las mismas palabras. b) Cada una de las dos histo-rias se cuenta de modo distinto, lo que es superfluo en una historia, es básico en la otra. c) La historia secreta es la clave de la forma del cuento y sus variantes.
Podemos decir, también, que una novela o un cuento termina de construirse en la interre-lación que existe entre el autor y la interpretación del lector. Piglia agrega otras tesis refe-ridas a la estructura del cuento que pueden extenderse a la novela sobre las cuales no vale la pena referirse para nuestro objetivo.
Julio Cortazar va decir sobre el cuento y la novela. “Para entender el carácter peculiar del cuento se lo suele comparar con la novela, género mucho más popular y sobre el cual abundan las perspectivas... Se señala, por ejemplo, que la novela se desarrolla en el pa-pel, y por lo tanto en el tiempo de lectura, sin otros límites que el agotamiento de la mate-ria novelada; por su parte, el cuento parte de la noción de límite, y el primer término de límite físico...” Más adelante compara a la novela y el cuento el boxeo, y afirma que la novela es una pelea que termina ganada por puntos y el cuento una que termina ganada por nocaut.
También el mismo autor va a comparar a la novela con una película y al cuento con una fotografía. En su relato “Las babas del diablo”, llevado al cine por el director italiano M. Antonioni con el nombre de Blue Up. Cortazar nos cuenta la historia de un fotógrafo que hace su trabajo profesional en un parque de París. En la medida que va revelando y am-pliando las fotografías descubre la existencia de un crimen impresas en el celuloide. Una foto tras otra y una secuencia de fotos, una reunión y una sucesión de reuniones.
Siguiendo con las comparaciones podríamos afirmar que un taller, jornada, laboratorio, etc. donde un grupo que se reúne por única vez se corresponde a la lectura de un cuento que también es un pequeño proceso que empieza con la reunión y termina con un final. Un grupo que se reúne con periodicidad durante un lapso de tiempo determinado se co-rresponde con una novela.
En el transcurrir de las primeras reuniones del proceso grupal, se va instalar la mutua re-presentación interna y podremos ir haciendo una lectura del complejo mecanismo de ad-judicación y asunción de roles. Veremos que sucede con los personajes sobre la misma escena, y además que ocurre con los actores que por el solo hecho de reunirse han dis-parado su grupo interno. Entonces tendremos una escena manifiesta y una escena latente (la otra escena).
Enrique Pichón Riviere en el artículo “Grupo operativo y modelo dramático” describe la historia de una experiencia concreta. Un curso centrado en el aprendizaje de la dirección teatral, a cargo del señor Carlos Gandolfo, familiarizado a través de su aprendizaje en Escuela de Psicología Social, dio apertura a la posibilidad de integrar la técnica de grupo operativo a su tarea.
El aprendizaje que debían realizar sus alumnos estaba centrado en tres puntos básicos.
a) El director con su obra: análisis de la estructura dramática en sus aspectos mani-fiestos (lo anecdótico) y latentes (la motivación, las relaciones íntimas que los per-sonajes desconocen y que el director debe traducir en acciones propuestas al actor para lograr la actitud, la emoción adecuada al personaje).
b) El director y el actor: este segundo paso del aprendizaje concierne al conocimiento que el director debe tener del material con el que trabaja (el actor). Debe experi-mentar por sí mismo de qué manera el actor vive el proceso de creación, jugar el rol del actor, lo que exige un reaprendizaje de la realidad, de la acción, de las for-mas de interrelación.
c) El tercer punto del aprendizaje consiste en la síntesis de lo anterior: la puesta en escena.
Pichón nos mostrará cuales fueron las dificultades, los conflictos y cual fue el proceso creador, porque el aprendizaje y la creación consisten en ese proceso de reencuentro y redescubrimiento de cada personaje, cada rol y cada persona.
La novela grupal será escrita por cada uno de los integrantes, aportando a la trama frag-mentos de la propia historia, y por todos a la vez tratando de construir un espacio confia-ble para desarrollar la tarea. Habrá entonces una otra novela manifiesta y una novela la-tente
El equipo de coordinación (Observador-Coordinador) será un lector activo haciendo lectu-ra lo que sucede en la narración, para intervenir como un escritor más cuando aparezcan los obstáculos que detienen el desarrollo de la trama. Winicott decía, "el jinete debe mon-tar el caballo y no ser arrastrado por éste". El equipo dirige un proceso grupal, le otorga direccionalidad
Mediante el análisis de cada crónica engarzadas con otras sucesivas, el equipo no solo acompañará el proceso, sino que le dará una dirección en función de la realización de la tarea para que el grupo logre los objetivos.

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